Se conoce por polinosis a los síntomas causados por la sensibilización a los alérgenos presentes en los pólenes.
Fuente: conectandopacientes.es
Se conoce por polinosis a los síntomas causados por la sensibilización a los alérgenos presentes en los pólenes.
Fuente: conectandopacientes.es
Esta sintomatología consiste en una rinoconjuntivitis que se presenta con asma en un 40% de los casos. En las últimas décadas, su prevalencia ha aumentado cuantiosamente, pasando de ser una “enfermedad rara” a que la padezcan un 20% de personas en la actualidad.
Los pólenes son unos granos producidos por el aparato reproductor masculino de las flores de un tamaño entre 20 y 40 micras, y que transportan células espermáticas con el fin de llevarlas hasta el aparato reproductor femenino de otras flores y producir la fecundación y posterior formación del fruto. Los alérgenos de los pólenes corresponden a los procedentes de los árboles y plantas que polinizan a través del aire y no a través de los insectos. Todas las plantas polinizan, pero únicamente algunas producen polinosis y no todas las plantas polinizan al mismo tiempo. Los predominantes durante el invierno y principio de la primavera son los pólenes de los árboles, en la primavera los pólenes de las gramíneas y en verano y otoño los de las malezas.
El riesgo de desarrollar la enfermedad viene dado por la conjunción de factores genéticos y ambientales, pudiendo ser una persona alérgica a más de un tipo de polen. Los síntomas pueden aparecer a cualquier edad, aunque son más frecuentes en la infancia y la juventud. Con el tiempo, un pequeño porcentaje de pacientes pueden remitir los síntomas, pero lo normal en que permanezcan e incluso lleguen a acentuarse.
En España existen más de diez tipologías de pólenes que pueden causar polinosis, siendo predominante el de las gramíneas, y están considerados como la primera causa de rinitis alérgica y la segunda causa de asma extrínseca.
La sintomatología alérgica es parecida a la producida por catarros, y consiste en estornudos, picores de ojos y nariz, ojos rojos, lagrimeo, hidrorrea, congestión nasal y en algunas ocasiones tos seca y asma. Los días de viento el paciente sufre más síntomas, ya que el polen viaja por el aire. Los pólenes alergénicos varían según la vegetación, el clima y la región, por lo que la presencia de síntomas es diferentes dependiendo del lugar de residencia.
Evitar la exposición es la principal medida para atenuar los síntomas, como mantenerse en interiores con las ventanas cerradas durante el pico de polinización. Algunos consejos son:
Es recomendable que los pacientes conozcan el comienzo y fin de la etapa de polinización de los pólenes inductores de su polinosis, para saber cuándo iniciar y finalizar las medidas de evitación y el tratamiento farmacológico. Como ayuda, los medios de comunicación suelen informar de recuentos diarios de pólenes. Muchas veces es necesario utilizar medicación sintomática como antihistamínicos o corticoides) y/o inmunoterapia para controlar los síntomas, siempre pautados por un especialista.
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