¿Hay algún celiaco en el grupo? ¿Alergias o intolerancias? Estas son dos de las preguntas que más se repiten en los últimos años cuando nos encontramos ante una situación con comida de por medio.

Fuente: conectandopacientes.es

Quedadas de amigos, cenas en restaurantes, eventos, aviones, hoteles… Cada vez es más frecuente leer en los etiquetados ‘gluten free’ o encontrar nuevos productos que, en ocasiones son y otras sólo aspiran a parecer saludables con descripción completa ‘sin aceite de palma, sin gluten o sin lactosa, entre otros’.

¿Cómo entender realmente la celiaquía? ¿Qué implica ser celiaco?

Pues bien, la celiaquía es una enfermedad (ni una moda, ni una tendencia, ni una corriente). Para acotar un poco más, se trata de una enfermedad autoinmune. Es decir, una enfermedad en la que el propio sistema inmunitario de la persona afectada, es el agresor, quien ataca a los propios órganos y tejidos sanos.

En condiciones normales, el sistema inmune nos defiende ante agentes externos que considera un peligro para la salud, pero cuando existen este tipo de patologías, podríamos decir que ‘se equivoca’ y ocurre lo explicado anteriormente. En el caso de la celiaquía o de las personas celiacas, lo que alerta al sistema inmune, y lo que desencadena una respuesta inmunitaria, es la presencia de gluten.

Si hemos entendido hasta aquí, ahora la pregunta que podría surgir es ¿qué es exactamente el gluten? Bien, el gluten es una proteína (por hacerlo sencillo, aunque es un conjunto de proteínas en realidad) que se encuentra en la semilla de cereales como el trigo, la cebada, el centeno, la espelta…

¿Qué ocurre cuando se ingieren cereales con esta proteína? Pues idealmente, se digiere como cualquier otra, en fragmentos. La realidad es que hay un porcentaje de población que no es capaz de digerirla, porque tras la ingesta, estos fragmentos que se denominan prolaminas, son identificados como tóxicos, entonces se activa el sistema inmunológico y produce una respuesta adversa que genera malestar.

¿Por qué esta enfermedad genera tanto revuelo en la población?

El gluten puede generar tres tipos de patologías: Enfermedad celiaca, sensibilidad al gluten no celiaca, o alergia.

La enfermedad celiaca, es de la que hemos estado hablando hasta ahora, provoca daño intestinal, distensión abdominal, vómitos, diarrea, cansancio, anemia e incluso dermatitis, alteraciones del carácter u otras afecciones no relacionadas con sistema digestivo ya que es multisistémica.

El diagnóstico de esta enfermedad es complicado tanto por la diversa sintomatología como por las diferentes formas clínicas de la enfermedad, siendo imprescindible para tener certeza, una biopsia intestinal que tendrá que realizarse mientras el paciente incluye gluten en la dieta.

El hecho de que sea relativamente engorroso tener la certeza total de si la patología existe, o no, es lo que en muchos casos nos lleva a trabajar con pacientes por prueba-error.

Trabajar con prueba-error implica eliminar el gluten o cualquier otra sustancia que identifiquemos que puede ser causante de daño ante un cuadro de sintomatología que puede estar relacionada.

Se estima que un elevado porcentaje de pacientes se encuentran sin diagnóstico oficial, por ese motivo hay personas que ‘no son celiacas’ o que, mejor dicho, no tienen la certeza de serlo, pero llevan una dieta sin gluten porque sencillamente han identificado que se encuentran mejor, su situación se normaliza. Pueden volver a comer fuera de casa, no sufren diarreas a diario, no tienen hinchazón ni malestar abdominal, y generalmente el resto de síntomas como pueden ser las alteraciones del carácter, mejoran al mejorar su estado general de salud y su calidad de vida.