La anafilaxia es una reacción alérgica grave de instauración rápida y potencialmente mortal. La anafilaxia suele manifestarse con síntomas cutáneos como urticaria y angioedema, junto con la afectación de otros sistemas, como el respiratorio, el cardiovascular o el digestivo.
Está infradiagnosticada e infratratada, de modo que su incidencia real es probablemente mayor. Sin embargo, tiene un gran efecto en la calidad de vida de las familias, sobre todo cuando los afectados son niños.
Las guías de práctica nacionales e internacionales recomiendan que cualquier paciente que haya sufrido una anafilaxia debe llevar consigo
un dispositivo con adrenalina para su inmediata inyección intramuscular en caso de una nueva reacción, preferentemente en forma de AIA (autoinyectores de adrenalina).
Disponer de un autoinyector de adrenalina mejora la calidad de vida de los cuidadores y de aquellos niños que han sufrido una anafilaxia.
Para concienciar sobre la importancia del uso de autoinyectores de adrenalina en la prevención de la anafilaxia y generalizar el uso de estos dispositivos, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA), la Asociación de Alérgicos a Alimentos de la provincia de Guadalajara (Alerguada), la Asociación de Alergia Alimentaria de Canarias (ADAAEC), la Asociación Basada en la Lucha de los Alérgicos Alimentarios de Valladolid (ABLAA), la Asociación Extremeña de Alérgicos a Alimentos (AEXAAL) y la Asociación Andaluza de Alergia a Alimentos (AVANZAX) han redactado los siguientes puntos: