La población de países industrializados sufre una mayor predisposición a enfermedades alérgicas en general, y de la rinitis alérgica en particular.
Fuente: immedicohospitalario.es
Según explica la doctora Lucía Valverde Vázquez, alergóloga del Hospital Quirónsalud Huelva, “la rinitis alérgica afecta por igual a hombres y mujeres, pero los antecedentes familiares de atopía sí pueden determinar el desarrollo de la enfermedad”.
La rinitis alérgica es un proceso inflamatorio de la mucosa nasal que ocurre cuando el organismo reconoce como extraña una sustancia, habitualmente ambiental, y se defiende frente a ella provocando una serie de síntomas característicos.
Con relación a las causas, señala la especialista que “los alérgenos que provocan síntomas nasales suelen ser alérgenos ambientales como ácaros, epitelio de animales, polen de plantas y hongos. Y resalta que los vapores de cocción de ciertos alimentos (pescado, crustáceos…) también pueden ser causa de rinitis alérgica en aquellos pacientes que sufren alergia alimentaria a los mismos”.
La rinitis alérgica presenta síntomas que inicialmente pueden ser confundidos con los de un proceso infeccioso, aunque la ausencia de fiebre y de dolores osteomusculares y la mucosidad nasal siempre acuosa y transparente confirma el proceso alérgico.
Los síntomas más frecuentes y característicos son:
- Estornudos en salvas.
- Mucosidad nasal líquida “como agua”
- Congestión y picor nasal.
Se suelen asociar síntomas oculares como picor, enrojecimiento y lagrimeo, y en ocasiones también existe afectación bronquial, apareciendo:
- Tos seca.
- Dificultad para respirar.
- Sibilancias.
En relación con el tratamiento de la rinitis alérgica, apunta la doctora Valverde que “el punto de partida siempre va a ser evitar aquello a lo que somos alérgicos” evitando el polvo en caso de ser alérgicos a los ácaros, las salidas al campo en caso de presentar alergia al polen, y la humedad si nuestra alergia es a los hongos.
En segundo lugar, el abordaje de la rinitis alérgica se hace mediante fármacos antihistamínicos y/o antiinflamatorios `´que nos ayudan a disminuir la frecuencia y la intensidad de los síntomas´´ explica la especialista.
Y, por último, encontramos el tratamiento conocido como inmunoterapia con alérgenos que ha demostrado cambiar el curso natural de la enfermedad y favorecer el desarrollo de tolerancia.
La rinitis alérgica debe ser estudiada y tratada por un especialista en Alergología que iniciará el proceso diagnóstico con una minuciosa historia clínica. A continuación, el paciente se realizará diversas pruebas cutáneas con el objetivo de detectar reacciones alérgicas y por último, se llevará a cabo un análisis sanguíneo que medirá la presencia de anticuerpos que aumentan al existir un proceso alérgico.