En vísperas de las festividades navideñas, deseamos informarles nuevamente sobre una alergia alimentaria cada vez más común: la alergia a las uvas.
Fuente: quironsalud.com
La uva de mesa es una fruta fresca que podemos disfrutar a lo largo del año. Sin embargo, la tradición de comer doce uvas con las doce últimas campanadas del Año Nuevo implica la ingesta obligada de un potencial alérgeno.
En varias ocasiones, hemos abordado en este blog un alérgeno vegetal significativo, la Proteína Transportadora de Lípidos (LTP por sus siglas en inglés). Esta proteína, ubicada principalmente en la piel de frutas como el melocotón y otras de la misma familia (rosáceas), es un panalérgeno vegetal presente en numerosos alimentos vegetales. Se ha identificado este alérgeno también en la uva.
Es común que la sensibilización primaria ocurra a partir del melocotón y luego se reconozca esta proteína en diferentes frutas y verduras. El aumento en la prevalencia de la alergia a la LTP ha llevado a un aumento de la alergia a frutas, hasta ahora inofensivas, como es el caso de la uva.
La cantidad significativa de alimento ingerida durante la celebración de las doce campanadas (12 uvas) puede provocar, en caso de una sensibilización alérgica, una reacción importante. De hecho, este tipo de reacción es conocido entre los alergólogos como “La Anafilaxia de Fin de Año”.
Por lo tanto, ante la sospecha de alergia a frutas de la familia de las rosáceas (melocotón, paraguaya, cereza, ciruela, manzana, pera…) y especialmente si hay alergia a frutas de distintas familias u otros vegetales, recomendamos confirmar la existencia de alergia a la uva antes de la celebración de Año Nuevo.
El estudio alergológico es sencillo. En la consulta de alergia se realizan pruebas cutáneas en prick-test con extracto comercial de LTP y de distintas frutas. También se realiza una prueba cutánea en prick by prick directamente con la fruta en fresco; en este caso, la uva.
Se puede completar el estudio con una analítica en la que cuantificamos los anticuerpos específicos de la alergia para la fruta. Por último, se realiza un test de provocación controlada en el Hospital de Día de Alergia con la uva.
En el caso de existir alergia a la uva fresca, cabe la posibilidad de tolerar la uva enlatada, ya que el procesamiento al que se somete puede disminuir su potencial alergénico. No obstante, este hecho debe ser comprobado con el mismo estudio alergológico descrito (prueba cutánea y test de provocación).
Con estos consejos, pretendemos que paséis una celebración de Fin de Año con ¡doce campanadas y ningún sobresalto!