Los cambios que experimenta el niño con alergia y asma al llegar a la adolescencia requieren de un abordaje individualizado y específico en favor de una transición efectiva. Desde la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI, por sus siglas en inglés) han preparado un documento de recomendaciones para favorecerla que desde SEICAP se resumen en 10 en el siguiente post
Fuente: pacientes.seicap.es

La adolescencia supone una serie de cambios fisiológicos, emocionales y sociales que conllevan una serie de retos y que hacen que, en el caso de los niños con asma y alergia, sea una etapa a tener en cuenta tanto por los familiares como por los profesionales sanitarios encargados de sus cuidados. Hay que tener en cuenta que es una fase de mayor autonomía e independencia en la que el niño que pasa a ser adolescente adquiere al mismo tiempo una mayor responsabilidad sobre sus cuidados y su salud. De hecho, entre los 11 y los 13 años ya pueden aprender a manejar su asma, alergia o enfermedades de la piel.
Entre las recomendaciones que la EAACI señala para favorecer que esa transición se haga de forma efectiva se destacan las siguientes:
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Es importante que los profesionales sanitarios tengan a su disposición planes o documentos especiales sobre cómo deben tratar y cuidar a los jóvenes a medida que crecen. Además, deberán informar a las familias y a los jóvenes sobre cómo funcionará ese plan.
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Todos los profesionales sanitarios que formen parte del equipo de atención al adolescente deberían recibir un entrenamiento especial para ayudar a jóvenes con asma, enfermedades de la piel y alergia.
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Puede ser de utilidad que los profesionales sanitarios, tanto médicos como enfermeras, tengan charlas con los jóvenes sobre cómo su enfermedad puede afectar a su vida social, educación y planes de estudios.
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Se puede recomendar a los jóvenes el uso de recordatorios telefónicos, apps móviles y otros métodos para ayudarles a recordar el tratamiento pautado y a asumir la responsabilidad sobre sus cuidados.
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En la consulta, puede ser útil centrarse en los problemas o áreas en las que el joven tenga menos confianza.
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Animar a las familias a ofrecer apoyo a los jóvenes que tienen estas enfermedades.
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Recomendar webs de calidad y fuentes de información útiles y fiables sobre enfermedades de la piel, el asma o la alergia.
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Tener preparado un plan de acción de asma y/o alergia alimentaria que explique a los jóvenes cómo proceder puede ayudarles a saber cómo actuar en caso de reacción o crisis.
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Puede resultar útil que en el traspaso de la consulta infantil a la de adultos, estén presentes en la consulta tanto el pediatra como el especialista de adultos, al menos durante un tiempo para que se acostumbren al cambio.